Sebastien G., que a tal nombre responde la criatura, cuenta con sólo 9, pero puede correr tan rápido como uno de 11. El problema llega a la hora de dejar de correr. Sebastien no sabe hacerlo. Si nadie le detiene, ya sea agarrándolo o derribándolo al suelo como a un ladrón en fuga, el pequeño tira millas sin descanso, con el consiguiente riesgo para la circulación urbana y su propia salud. Los médicos no encuentran respuesta a tal comportamiento, pero las autoridades le han prohibido al muchacho que participe en pruebas deportivas y que eche a correr “ni aún cuando le persigan”.
Visto en La Vida Secreta de las Cosas
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